domingo, 10 de abril de 2016

MITOS FAMILIARES

En el trabajo psicoterapéutico con familias es útil conocer y tener en cuenta los mitos que sostienen el equilibrio familiar. Nos puede ayudar a comprender no solo el "por qué", sino también el "para qué" (se) mantienen determinadas dinámicas relacionales. 

Reconocer alguno de estos mitos en las familias puede ayudarnos a saber dónde tenemos que posicionarnos en nuestro rol de terapeutas, y qué expectativas puede tener la familia sobre el propio proceso terapéutico y sobre nosotros.

A modo de categorización, diferenciaríamos los siguientes mitos.

Mito de Armonía: Intentan proyectar una imagen idílica de la familia y generar la impresión en los demás de que todo está bien. Utilizan mecanismos como la negación y la idealización; niegan todo lo negativo, todo lo que puede representar un conflicto, dificultad o problema, a la vez que idealizan y amplifican los aspectos positivos. Está dinámica les lleva a gastar más energía en ocultar los conflictos que en resolverlos.


Este tipo de funcionamiento familiar tiende a bloquear la libre expresión de emociones, sobretodo aquellas que pueden cuestionar la armonía de la familia. En palabras de Sigmund Freud, "lo reprimido suele retornar a la conciencia bajo la forma de un síntoma que en algunas ocasiones se registra o se interpreta como una enfermedad que se origina en el cuerpo." En ocasiones el único medio de expresión que encuentran los miembros de la familia es la somatización del conflicto. 

El motivo que suele traer a este tipo de familias a terapia es justamente cuando alguno de los hijos desarrolla algún síntoma.

 Mito de disculpa y redención: El funcionamiento de este tipo de familias se caracteriza por culpabilizar a una persona (o varias) del sufrimiento de la familia.

La persona sobre la cual se deposita la culpa puede formar parte del núcleo familiar, pero también puede ser externo, ser un familiar ausente (periférico) o incluso haber fallecido.

Un ejemplo es el caso del padre “malo”, desaparecido de casa y con problemas de alcoholismo, cuya familia interpreta que les ha abandonado y que es el culpable de cualquier mal o desgracia que sufran, sin entrar a indagar si hay otras causas que expliquen el por qué de tales males.

Este mito impide ver el verdadero fondo de las conductas que se exteriorizan con malestar y sufrimiento, lo cual hace más complejo el trabajo terapéutico.


Mito de salvación y protección: Este tipo de mito es una ampliación del mito de disculpa y redención; tras toda la reparación vendrá la salvación como el final esperado de cualquier tipo de dolor o conflicto familiar. La base de este mito está en la creencia de que todo sufrimiento puede ser erradicado gracias a la intervención de una persona salvadora. Tal salvador puede formar parte de la familia o no; el propio terapeuta puede ser interpretado por la familia como el salvador que les proporcionará el bienestar y les liberará del sufrimiento.