lunes, 24 de febrero de 2014

RESILIENCIA FAMILIAR

La palabra resiliencia procede del verbo en latín resilire, que significa rebotar, volver a entrar saltando, saltar hacia arriba, apartarse o desviarse, según la RAE, resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. La terapia familiar define este concepto como “los procesos de superación y adaptación que tienen lugar en la familia como unidad funcional. La perspectiva sistémica permite comprender de qué manera los procesos familiares moderan el estrés y posibilitan a las familias afrontar penurias prolongadas, y dejar atrás las situaciones de crisis.” (Walsh, 2004, p. 40)

Existen diferentes miradas y juicios sobre los procesos de adaptación al cambio y el concepto de resiliencia que creo son interesantes tener en cuenta para abordar este tema con una perspectiva más amplia. Para Foucault, la resiliencia tiene una finalidad adaptativa, acomodaticia, en última instancia, es una técnica al servicio del poder dominante. Nietzsche, en cambio, afirmaba que lo que no mata, fortalece, el filósofo alemán pensaba que el sujeto no salía indemne de cualquier tipo de avatar producido en su contexto.

Personalmente, definiría resiliencia familiar como la capacidad que tienen TODAS las familias para transformar una situación adversa en una oportunidad de cambio, evolución y crecimiento. Son las fuerzas morfogenéticas, frente a las homeostáticas, las que juegan un papel fundamental en las situaciones de adversidad, provocando un movimiento de apertura de la familia hacia nuevas realidades, generando nuevos recursos.

Lo que distingue a las familias sanas no es la ausencia de problemas, sino la capacidad de superarlos y resolverlos, son varios los caminos que conducen a la resiliencia, en primer lugar la flexibilidad, como condición necesaria para adaptarse a una nueva realidad y encontrar un nuevo orden familiar, reestructuración (reconfigurar reglas, roles, creencias, etc.). La capacidad de establecer vínculos seguros y relaciones saludables representa también un recurso primordial para la familia, y les abre una ventana de posibilidades de posibilidades ante situaciones de conflicto; la herramienta para establecer vínculos intrafamaliares (y extrafamiliares) sanos es una comunicación asertiva y afectiva, la comunicación y las relaciones dentro de un sistema familia determina el funcionamiento de la mismo. Que la familia adopte una actitud positiva y proactiva frente a una situación adversa es crucial para la superación de la misma, buscando los recursos y las oportunidades, poniendo en funcionamiento las ideas, no deteniéndose ni aislándose frente a los obstáculos, etc. La creatividad como la capacidad de encontrar soluciones originales a las dificultades, de transformar el caos en orden, es un recurso fundamental para las familias a la hora de enfrentar adversidades. Asimismo, considero importante también la utilización del sentido del humor, es una herramienta muy eficaz para resignificar los problemas, es importante que la familia pueda rescatar los elementos "cómicos" que hay en las situaciones adversas, esto puede representar el motor de cambio de una familia resiliente. 

La resiliencia es parte inherente a la naturaleza humana (y animal), a un instinto primario como es el de supervivencia, una familia resiliente es aquella que ante la adversidad da un paso hacia adelante, y muestra actitud inconformista y desafiante ante una realidad hostil. 





lunes, 3 de febrero de 2014

CONNOTACIÓN POSITIVA, REDEFINICIÓN Y REENCUADRE

La técnica de la connotación positiva consiste en redefinir una problemática familiar en términos positivos, con el fin de resaltar los recursos del propio sistema. Supone atribuir un significado positivo a la conducta problemática o síntoma, así como al contexto relacional donde adquiere su funcionalidad.
  • “Gracias a que discutís constantemente habéis podido venir a terapia a solucionar vuestros problemas.”

La técnica de la redefinición consiste en modificar la manera en que la familia interpreta el síntoma. Tiene como finalidad cambiar la definición de un problema para que se vuelva solucionable, no subestimarlo ni interpretarlo como algo positivo exclusivamente.
  • “Con las discusiones, en realidad os estáis diciendo que os gustaría entenderos porque os importa la relación.”

Por último, con la técnica del reencuadre se pretende detectar las secuencias disfuncionales, y buscar nuevos significados o vinculaciones posibles de las mismas.
  • “Desde fuera veo que sois una pareja que os queréis mucho pero como discutís tanto, no podéis demostrároslo.”


domingo, 2 de febrero de 2014

TERAPIA SISTÉMICA CON FAMILIAS RECONSTITUIDAS

Las familias reconstituidas se definen como “aquellas estructuras familiares en las que uno o ambos miembros de la pareja, han tenido al menos un hijo de una relación previa” (Gorell-Barnes, Thompson y Burchart, 1997). Podemos diferenciar 4 tipos de familias reconstituidas:

  • F. Reconstituida con madrastas: Padre con hijos que se une a otra mujer.
  • F. Reconstituida con padrastro: Es el más frecuente, madre con hijos que se une a otro hombre.
  • F. Reconstituida con madrastas y padrastro: Cada miembro de la pareja trae sus propios hijos a la nueva unidad familiar.
  • F. Reconstituida con hijos comunes: Este tipo puede ser combinado con cualquiera de los 3 tipos anteriores de familia.

Cuando dos adultos deciden construir una nueva familia e incorporan, uno o ambos, hijo/s de una relación anterior, comienza un complejo proceso de ensamblaje donde las piezas pueden no encajar desde un primer momento. Por encima de todas las variables que definen las dificultades que han de enfrentar, y de los retos que se les presentan, está la flexibilidad de los adultos como actitud necesaria para adaptarse a la nueva realidad, y para favorecer a los hijos una integración y una adaptación a la nueva familia lo más armoniosa posible.

Las familias reconstituidas tienen su origen, o más bien su pasado, en una separación/divorcio, una defunción o un abandono, lo cual exige tanto a adultos como a hijos la elaboración de un duelo sea cual sea la naturaleza de la pérdida. A nivel terapéutico, es importante poner la mirada sobre este aspecto, por una lado por la posibilidad de que uno o ambos miembros de la pareja se hayan embarcado en la nueva relación sin haber superado antes la pérdida del anterior matrimonio, y por otro lado, por la dificultad añadida que se les plantea a los hijos cuando la construcción  de la nueva familia se inicia sin tener en cuenta el momento del duelo en que se encuentran.

Uno de los retos a los que se enfrenta esta modalidad familiar, concretamente los adultos, es construir un vinculo conyugal sólido. El hecho de que haya hijos desde el inicio de la relación puede interferir en la creación del vínculo marital, bien porque los hijos son pequeños y requieren una dedicación a tiempo completo (lo contrario puede generar sentimientos de culpa), o porque los hijos son adolescentes y plantean conflictos de lealtad respecto a sus padres no residentes.

Otro de los desafíos que han de asumir las familias reconstituidas, es definir cómo quedan organizados los roles del padre/madre biológica y del padrastro/madrastra en la crianza de los hijos. Es importante que el padre/madre biológico sea el referente principal de su/s hijo/s durante las primeras etapas de la nueva familia, y que paulatinamente el padrastro/madrastra vaya estableciendo vínculos solidos con los hijos de su cónyuge.

Unificar las reglas familiares, cuando cada miembro de la pareja lleva en su mochila no solamente creencias y mitos de su familia de origen, sino también de su anterior matrimonio, supone en ocasiones una de las tareas más arduas para este tipo de familias. Así lo es también establecer dichas reglas familiares respetando las diferencias individuales (edad, sexo, características personales…)

Armonizar toda la red vincular familiar, teniendo en cuenta que pueden existir dificultades del pasado que pueden desencadenar conflictos de lealtades y/o triangulaciones con los padres no residentes, con los abuelos naturales, tíos, etc. es quizás el reto más complejo que deben enfrentar los miembros adultos de la familia reconstituida.

Es un hecho que la economía familiar puede ser más frágil en este tipo de organización familiar, factores como la manutención, pensiones por viudedad, subsidios del ex cónyuge, etc. suelen ser tema de conflictos en este tipo de familias.

Es importante que la nueva familia reconstituida vaya asumiendo gradualmente una identidad propia, construyéndola en base al desarrollo de rituales familiares (por ejemplo celebraciones de eventos importantes), y de actividades o situaciones especiales que se conviertan en parte de ellos (por ejemplo viajes de vacaciones) de modo que sean compartidas entre los miembros de la familia y los diferencie de otras.

Las familias reconstituidas presentan también una serie de peculiaridades que les colocan en una posición, digamos ventajosa, respecto al resto de modalidades familiares. Creo que desde una perspectiva terapéutica es fundamental explorar y  detenernos en aquellos aspectos que pueden llegar a connotarse positivamente y a destacarse incluso, como lados fuertes de la familia. Sólo activando sus capacidades (Guy Ausloos), la familia podrá realizar un proceso terapéutico trascendente.

El subsistema conyugal tiene una experiencia marital anterior que puede representar, si se ha hecho un buen proceso de duelo, una fortaleza a la hora de enfrentar nuevas dificultades o conflictos conyugales.

Una familia reconstituida forma un entramado amplio y complejo de intercambio y experimentación de relaciones interpersonales, donde todos los miembros del sistema tienen la oportunidad de desarrollar nuevas formas de vincularse, particularmente los hijos, quienes pueden encontrar en su nueva familia, un lugar de socialización y aprendizaje idóneo para ellos. Asimismo, esta complejidad relacional inherente a este tipo de sistemas, ayuda a que la configuración de los roles familiares sea menos rígida que en modelos familiares más tradicionales.

Otra característica que destacaría de este tipo de sistemas, es que ofrece a sus miembros la posibilidad de tener mayor número de referentes familiares. En una familia reconstituida donde ambos cónyuges han tenido un divorcio previo a la constitución de la familia, los hijos de ambos pueden llegar a tener como referentes a sus dos padres biológicos (aunque estén divorciados), a su hermano/s de sangre, al padrastro/madrastra, y al hermanastro/s.

El rol del terapeuta con este tipo de familias es fundamentalmente de guía, su tarea no consiste tanto en cuestionar sino en dar apoyo. Desde mi punto de vista, la intervención terapéutica se desarrolla sobre tres ejes principales:

  • Resolver los sentimientos sobre las transiciones de la familia anterior.
  • La necesidad de crear un vinculo conyugal sólido.
  • Desarrollar  un sistema de reglas claro que facilite el buen funcionamiento de la familia.

Antes de que inicien la convivencia, se puede trabajar con los miembros de la futura familia reconstituida, a nivel de concienciación e información sobre las características y circunstancias que rodean este tipo de familias, ayudándoles a clarificar y normalizar su situación. También se les puede ayudar a concretar expectativas realistas y ofrecerles recursos y alternativas para enfrentar situaciones futuras.

Otro de los objetivos terapéuticos principales es educar a los adultos acerca de los aspectos de desarrollo y secuencias por las que lo hijos están pasando, de manera que no se etiqueten como problemas derivados de ser una familia reconstituida, sino situaciones naturales que se enfrentan por pasar de una etapa a otra en la vida de los individuos.

El espacio terapéutico debe ser un lugar donde los sentimientos de todos los miembros de la familia estén legitimados, un lugar donde se ofrezca a la familia una visión más amplia de su situación, y se les facilite recursos y alternativas para enfrentar las dificultades. El trabajo en terapia debe estar fundamentado en la libertad de sentir, pensar y decir, a través de una comunicación terapéutica y familiar asertiva…


 

Casarse de nuevo representa un triunfo de la esperanza sobre la experiencia.

Samuel Johnson