Conocernos a nosotros mismos es más que conocer nuestra propia individualidad, es reconocer que
somos fragmentos de nuestros padres, de nuestros anteriores. Saber de donde
venimos nos va a ayudar a saber donde estamos y hacia donde vamos.
Aceptar que nuestro padre y nuestra madre son nuestros referentes
naturales y esenciales: como hombre y mujer, como pareja… nos va a permitir
tomar consciencia de cómo nos relacionamos con las personas significativas para
nosotros: con nuestra pareja, con nuestros hijos, etc. Desde esta mayor consciencia
podremos manejar mejor las posibles repeticiones o proyecciones que estemos
expresando en éstas relaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario