lunes, 26 de enero de 2015

LA PÉRDIDA AMBIGÜA EN LA TERAPIA SISTÉMICA

Las pérdidas ambiguas se dan cuando un ser querido no está presente físicamente pero emocionalmente sí, o al contrario, cuando físicamente si está pero psicológicamente está ausente. Esta ambigüedad deja en su familia una herida abierta y les obliga a reorganizarse y reestructurarse.

Cuando alguien muere, sus familiares llevan a cabo rituales como el velatorio o el entierro, en contraposición, para casos de pérdidas ambiguas no existe una estructura formal, ni un lugar ni tiempo específico que marque el momento de transición. Por esta razón muchos de los familiares interrumpen su proyecto de vida, no cambian de trabajo ni de número de teléfono y siguen las rutinas diarias intactas porque tienen la esperanza de que su familiar regrese. Algunos siempre ponen el plato del ausente en la mesa o tienen su cuarto y la ropa tal como la dejó. Estas acciones ritualizadas solo hacen generar sufrimiento en la familia y prolongar el momento de enfrentamiento del duelo.
El objetivo terapéutico fundamental en el trabajo con familias que han sufrido una pérdida ambigua es colocar la pérdida en su lugar, que permita a la persona o familia poder mirar hacia adelante y restablecer la normalidad en sus vidas, manteniendo un espacio para el dolor.

La Terapia Narrativa ofrece herramientas terapéuticas que pueden ser de utilidad para el trabajo con este tipo de duelo ambiguo, desde esta óptica se favorecerá que cada miembro de la familia pueda hacer una narración de la historia, que la persona ausente física o psicológicamente pueda tener un espacio en el imaginario familiar, y que puedan construir una historia alternativa a la historia dominante y saturada por la pérdida.


En palabras de Umberto Eco, “la función terapéutica de la narrativa y la razón por la cual los hombres, desde los orígenes de la humanidad, cuentan historias es, como ocurre con los mitos, dar forma al desorden de la experiencia.”



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