domingo, 3 de noviembre de 2013

TERAPIA NARRATIVA CON NIÑOS

“si reescribo mi historia puedo redefinir mi identidad”
Desde una visión constructivista, la terapia narrativa plantea desconstruir la historia relatada, la historia dominante, y reescribir (co-construir) una nueva que traiga consigo nuevas posibilidades y suponga una redefinición de la identidad la persona.

Es interesante, de cara a entender los planteamientos del modelo de Terapia Narrativa, poder enmarcarlo dentro de un contexto postmodernista donde se postula  que el conocimiento está construido socialmente a través del lenguaje; esto implica que no podemos tener una representación directa del mundo sólo conocerlo a través de nuestra propia experiencia del mismo.

La columna vertebral del abordaje narrativo es: “la persona nunca es el problema, el problema es el problema”.

A través de las conversaciones externalizantes el terapeuta ayuda a la persona a que se reposicione frente a su problema, a que se disocie de él, y encuentre un espacio sano y valioso desde donde poder enfocarlo, analizarlo y donde poder tomar decisiones.  En este punto la persona puede mirar de lejos su propia historia, descomponerla, y generar un nuevo conocimiento que le permita co-construir una nueva historia personal y redefinir su identidad.

La Terapia Narrativa es muy funcional a la hora de intervenir con niños por los siguientes motivos:

  • El terapeuta trabaja ajustándose a las formas de expresión más propias de la infancia, inventar un cuento, dibujar, modelar plastilina, hacer un collage, y también, a través de la música. Estas formas de expresión son tan eficaces como el lenguaje verbal pero mucho más significativas para el niño.
  • La externalización de los problemas es fundamental para el desarrollo adecuado del niño ya que, al percibir el problema como algo separado de él, no ve afectada su propia identidad.
  • Utilizar el juego terapéutico es también una manera de motivar al niño, convertir la resolución de sus conflictos en una aventura lúdica ayudará a que siga adelante con el trabajo terapéutico
  • Desde la Terapia Narrativa se pone el acento en las habilidades y cualidades del niño, no sólo en sus aspectos negativos, , esto ayuda a que el niño desarrolle un autoconcepto más positivo y realista.
  • La Terapia Narrativa, además de fomentar en el niño un adecuado desarrollo emocional , también es un excelente medio para ayudarle en su desarrollo cognitivo, ya que al utilizar un lenguaje familiar, se atreverá a relatar su propia visión del mundo y llevar a cabo planes que le permitan solucionar sus conflictos por sus propios medios.

Además de las ventajas y beneficios descritos, la intervención terapéutica con niños implica una serie de dificultades que deben ser incluidas en la planificación de las sesiones para mejorar la eficacia de las mismas:

  • En primer lugar, no existe un contrato terapéutico entre el profesional y el niño, no hay un compromiso bilateral. Al no acudir a terapia por su propia elección, el niño no asume ningún tipo de responsabilidad de cambio.
  • Otra dificultad que puede aparecer, en comparación con la terapia con adultos, es la escasa autonomía de los niños para identificar síntomas, problemas y experiencias de estresantes.
  • Cuando el niño, como paciente identificado, acude a terapia lo hace generalmente por deseo de sus padres (a veces ni siquiera de los padres, sino por derivación), quienes esperan que el profesional “cure” a su hijo. Representa una dificultad terapéutica la resistencia que en muchas ocasiones muestran los padres a la hora aceptar la responsabilidad que tienen en la conducta sintomática de su hijo, y asimismo, es crucial poder llegar a integrarlos en el proceso terapéutico.
  • Al ser, por cuestiones lógicas, personas dependientes, los niños sólo asisten a terapia cuando sus padres deciden. El trabajo con familias pertenecientes a contextos socialmente desfavorecidos cuentan con este hándicap, a veces el modo de vida que llevan no favorece incluir la terapia dentro de sus rutinas.
  • A diferencia de la terapia con adultos, donde hay un porcentaje significativo de casos que mejoran desde la primera sesión por el simple hecho de estar frente a un “experto”, en el caso de los niños esta remisión de los síntomas por sugestión no se da.
  • En la psicoterapia infantil no se pueden consensuar los objetivos terapéuticos de la misma manera que se hace en la psicoterapia con adultos.
  • En la psicoterapia infantil, el profesional está obligado a tener no sólo una cualificación específica sino unas habilidades personales que le permitan realizar este tipo de intervenciones.
  • La ventaja de utilizar el juego como vehículo terapéutico representa también una dificultad desde el momento en que el profesional debe contar con unos recursos materiales específicos.

“Es difícil no darse cuenta del placer que sienten los niños ante la oportunidad de mostrar y contar a los demás sus conocimientos y sus destrezas. Y lo que tal vez sea más importante es el hecho de que, al compartir sus experiencias, los niños tienen la satisfacción altruista de aportar algo a los demás”(Freeman, Epston y Lobovits)







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